1 de febrero de 2010

Cuando cuente tres

Las hermosas hojas muertas abrileñas, una flor marchita en el prólogo de un libro viejo, la ausencia del ábrego en la serena copa del paraíso y de la helada sobre el césped. Tiempo, lugar, realidad y realidades, ilusión; filosofías abstrusas. Todo. Todo y más, allá detrás del insómnico horizonte... cuando cuente tres.

Adentrarme en tu tibieza de amanecer de verano, en tu mar de aguamiel, en tus palabras y en el brillo infinito de tus ojos que cantan Lay, lady, lay, en mis sábanas de papel abigarradas del color de tu voz y tu risa abrazándome de sueños.

Cuando cuente tres... cuando me duerma extrañándote del espacio hasta la orilla.

5 comentarios:

fervor dijo...

soy yo o todo se repite dos veces? mmmm.. tengo que seguir descubriendo jeje
saludos y gracias por tus palabras tan amables.

Juan Matías.

naka dijo...

muy bueno, me encanta ese tipo de relato/poesia libre que a veces tiene rimas si lo acomodasemos en parrafos imaginarios pero al mismo timepo no se. Me gusta (:

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te quiero mel

christian dijo...

Ya hablé con la cucaracha de abajo de tu escritorio. Perdí una de las pelotitas del aro de la nariz.

No es tan dificil adivinar dijo...

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Ignacio Reiva dijo...

Los horizontes son siempre insómnicos, más cuando se duerme extrañando. Un gran beso.