Las hermosas hojas muertas abrileñas, una flor marchita en el prólogo de un libro viejo, la ausencia del ábrego en la serena copa del paraíso y de la helada sobre el césped. Tiempo, lugar, realidad y realidades, ilusión; filosofías abstrusas. Todo. Todo y más, allá detrás del insómnico horizonte... cuando cuente tres.
Adentrarme en tu tibieza de amanecer de verano, en tu mar de aguamiel, en tus palabras y en el brillo infinito de tus ojos que cantan Lay, lady, lay, en mis sábanas de papel abigarradas del color de tu voz y tu risa abrazándome de sueños.
Cuando cuente tres... cuando me duerma extrañándote del espacio hasta la orilla.
5 comentarios:
soy yo o todo se repite dos veces? mmmm.. tengo que seguir descubriendo jeje
saludos y gracias por tus palabras tan amables.
Juan Matías.
muy bueno, me encanta ese tipo de relato/poesia libre que a veces tiene rimas si lo acomodasemos en parrafos imaginarios pero al mismo timepo no se. Me gusta (:
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te quiero mel
Ya hablé con la cucaracha de abajo de tu escritorio. Perdí una de las pelotitas del aro de la nariz.
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Los horizontes son siempre insómnicos, más cuando se duerme extrañando. Un gran beso.
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