2 de enero de 2010

Él, ella y yo

La tarde fugaz nos dejó una luna llena para iluminar La Vieja Estación del boulevard. Avivando las llamas del fogón estábamos, tras buscar leña y papel. Quince cuadras de regreso a casa, tarde en la noche de luna llena. Café. Maratón de cincuenta horas de Bob Esponja, con un final muy peculiar (06:30 a.m.).

Amaneció. Él se va. Con ella y "Quinientos días de verano", me quedé. Agua, hielo, limón, azúcar, yerba, un mate y una bombilla. ¿Dónde? En el balcón; tomando sol y viendo las nubes bailar hasta esconderlo.

Día tres: tengo sueño.

No hay comentarios: